Tratamiento hifu
El HIFU (siglas en inglés de ‘ultrasonido focalizado de alta intensidad’) es una técnica de medicina estética cuyo objetivo es eliminar la grasa localizada y reducir la flacidez mediante ablación térmica. Este tratamiento funciona mediante la aplicación de un haz de ultrasonido de alta frecuencia y energía que, mediante un efecto lupa, actúa sobre las capas profundas de la piel sin dañar las superficiales.
La concentración del ultrasonido aumenta la temperatura de la zona tratada a unos 65-75 grados. El aumento de temperatura hace que la grasa comience a deshacerse para que después sea eliminada de forma natural a través del organismo. Asimismo, el HIFU estimula la producción de colágeno y elastina, consiguiendo que la piel se tense y tonifique.
El HIFU se puede usar en varias partes del rostro y el cuerpo:
- Rostro: se aplica habitualmente en la zona de la papada, el mentón, la frente y los ojos.
- Cuerpo: se aplica en brazos, cartucheras, abdomen, interior de los muslos, zona superior de la rodilla y flancos.
Efectos del HIFU
El HIFU se utiliza para conseguir estos efectos:
- Eliminar adipocitos y cúmulos de grasa para remodelar el cuerpo.
- Tensar, tonificar y rejuvenecer la piel, eliminando o reduciendo la flacidez de forma natural.
- Eliminar la celulitis.
- Disminuir las arrugas y líneas de expresión.
Beneficios del HIFU
- Es una técnica no invasiva.
- No daña los tejidos adyacentes a la zona tratada.
- Reduce las líneas de expresión gracias a la estimulación del colágeno y la elastina.
- Destruye la grasa de forma permanente.
- No es doloroso, por lo que no requiere de anestesia.
- Se puede usar en cualquier tipo de piel y durante todo el año.
Cómo es el tratamiento con HIFU
Al comienzo de la sesión de HIFU se perfila la zona a tratar, se masajea y se aplica un gel que facilita la penetración de las ondas en la piel. A continuación se seleccionan el tiempo y la temperatura apropiados para cada caso y se comienza a aplicar el ultrasonido en movimientos ascendentes. Para terminar, se masajea de nuevo la zona y se puede aplicar una crema liporeductora.
En su conjunto la sesión dura entre 45 minutos y dos horas, dependiendo de las zonas que se vayan a tratar. En general el tratamiento no es doloroso, si bien los umbrales de dolor varían de una persona a otra. Se pueden sentir leves molestias durante unos instantes por la energía liberada así como un aumento súbito de la temperatura.
Después de cada sesión el paciente puede retomar sus actividades cotidianas, ya que no requiere reposo. Tras la sesión puede aparecer un ligero enrojecimiento que dura pocas horas. Otros efectos secundarios que pueden surgir son hormigueo transitorio, edemas y hematomas leves que se curan en pocos días.